Nuestros paisajes naturales ¡Siente la Naturaleza!
lunes, julio 22, 2013 |
En nuestra comunidad hay infinidad de paisajes por descubrir,
en ellos podrás sentir la libertad que te ofrece la Naturaleza en estado puro,
podrás relajar tus sentidos y conocer a la fauna típica de Extremadura.
Te animo a que visites todos y cada uno de los rincones naturales que esperan
a ser descubiertos por ti, te aseguro que no los olvidarás.





LAS HURDES


Las Hurdes, hermoso territorio que corona la provincia de Cáceres, dista mucho en la actualidad del que en 1922 visitara el Rey Alfonso XIII. Esta comarca, que a lo largo de los tiempos ha permanecido dormida y muy aislada debido sobre todo a la carencia de vías de acceso, se presenta al viajero en la actualidad como un mundo de contrastes únicos e inolvidables, con hermosos y sugerentes paisajes, con gentes y pueblos llenos de leyenda.
Son estas tierras hurdanas de escarpadas montañas, de oscuro esqueleto pizarroso, las que albergan a las cinco localidades más importantes; Pinofranqueado, Caminomorisco, Nuñomoral, Casares de Hurdes y Ladrillar. Y a unas cuarenta alquerías, que en total se aproximan a los diez mil, los habitantes en la zona.
Todos los pueblos y alquerías de las Hurdes están comunicados por carreteras asfaltadas que han sustituido a los antiguos caminos que durante siglos fueron únicas vías de comunicación.







VALLE DEL JERTE

Desde las estribaciones de la Sierra de Gredos desciende entre laderas montañosas y sierras del Valle del Jerte, zona de impresionante valor paisajístico y cultural. La vía principal de comunicación de la comarca es la, que une Plasencia con Ávila, a través del Puerto de Tornavacas desde cuya cumbre puede contemplarse el paraje imponente de un valle perfecto.
Lo que realmente confiere personalidad a esta zona es un árbol: el Cerezo. Tal es el número de cerezos que estos en la floración provocan panorámicas de auténtico deleite.
En Abril cuando empiezan a desaparecer las nieves de las cumbres montañosas, el blanco alado y aromático de la flor del cerezo inunda las laderas del valle produciendo tal espectáculo floral que muy difícilmente el visitante olvida. El Valle del Jerte ofrece a todo visitante la posibilidad de un recuentro con la naturaleza. Sus innumerables gargantas que descienden vertiginosamente de las montañas, la variedad de sus árboles, sus frondosos bosques y su riqueza cultural, constituyen unos de los paisajes más atractivos de la Península Ibérica.




LA VERA

En la parte más nororiental de la Alta Extremadura, entre las cumbres de la Sierra de Gredos, y el río Tiétar se sitúa la Vera.
El Viaje por esta hermosísima comarca ha de hacerse sin prisa, parando en todos y cada uno de sus dieciocho pueblos para recorrer sus calles y plazuelas. La Vera ofrece al visitante una alternancia en armonía de los más diversos paisajes; las abruptas y nevadas cumbre graníticas de Gredos con los picos de Almanzor y la Covacha, techo de Extremadura; las altas laderas cubiertas de pasto y monte bajo, las ricas huertas salpicadas de frutales en torno a los pueblos, las esbeltas choperas que denuncia el curso bajo de las gargantas y las fértiles vegas del Tiétar con su rica variedad de productos. Otro personaje famoso de la historia de España, el emperador Carlos V, eligió esta comarca para el descanso de sus últimos días y murió en el Monasterio de Yuste el 21 de Septiembre de 1.558.
La visita a La Vera puede hacerse en cualquier época del año.




SIERRA DE GATA

Abriéndose camino entre las Hurdes y la frontera portuguesa eleva sus cumbres la Sierra de Gata descendiendo hasta las Vegas de Coria y Moraleja.
La riqueza del suelo ha hecho posible a lo largo de la historia el asentamiento de pueblos y civilizaciones que han dejado su huella como en el caso de los romanos, árabes y cristianos.
Con el paso del tiempo los pueblos de la Sierra de Gata han creado un aspecto similar al de otras comarcas norcacereñas pero con connotaciones distintas.
La arquitectura y construcción de casas en sillería de granito, que de alguna manera ponen de manifiesto la nobleza de sus orígenes.





VEGAS DEL ALAGÓN

Situada en la zona noroeste de la provincia, se halla esta comarca, al norte, por la Sierra de Gata y Las Hurdes; al este por los valles del Ambroz y del Jerte; al oeste por Portugal y al sur, por la penillanura cacereña.
El Alagón como arteria fluvial, es el nexo de unión de una comarca dedicada, predominantemente, a los cultivos de regadío, sin que falten, por otro lado, los espacios con encinas y alcornoques y el matorral mediterráneo.
Las riberas del río, por su gran variedad de fauna silvestre tienen un alto valor ecológico.
Las hermosas construcciones de arquitectura popular, los monumentos de gran interés y la riqueza natural hacen de este valle un lugar digno de ser visitado.






VILLUERCAS
Las Villuercas es una comarca situada entre el río Tajo y el Guadiana (que toma el nombre de la sierra que la rodea) en el sureste cacereño, de orografía montañosa, cuya altura máxima es el pico Villuercas (1.600 m).
En esta comarca dividida en diferentes ecosistemas se encuentra una zona agreste de alta montaña, con bosques caducifolios bien conservados (castañares, rebollares y robledales), a media altitud se dan alcornocales y en las dehesas vegetan las encinas.
Posee también una variada fauna compuesta por ciervos, jabalíes, ganado bovino, alberga en sus zonas más vírgenes ejemplares de lince ibérico. Ha sido declarada zona de especial protección para las aves (ZEPA) para conservar diversas especies de la comarca, ya que constituye un lugar de residencia temporal y parada migratoria.
En sus 1.483,3 km² residen 10.354 habitantes.
Su capital es Guadalupe, donde se encuentra el monasterio de Guadalupe, declarado Patrimonio de la Humanidad.
Otras poblaciones de importancia son Logrosán, Berzocana, Cañamero, Alía y Navezuelas.
En esta comarca se encuentra la mayor cantidad de pinturas rupestres de toda Extremadura, y son numerosos los restos arqueológicos y vestigios de las diferentes culturas que han residido en sus tierras a través de la historia.




LOS IBORES


Valle del Ibor es la denominación que recibe una comarca natural de la provincia de Cáceres, Extremadura, España. Históricamente, esta era una de las comarcas que en parte integraban las Tierras de Talavera y está integrada por cinco municipios situados a derecha e izquierda del río Ibor.

Está regada por los ríos Tajo, Ibor, Viejas y Gualija, entre otros. El agua es asimismo abundante bajo el suelo, existiendo numerosas fuentes y manantiales. En las Cuevas de Castañar se tiene constancia de la existencia de varios lagos subterráneos.

Se trata de una zona montañosa y agreste en la que se combinan los valles con los roquedales y sierras. Las alturas varían desde los 1.350 metros de altura de los montes más altos, en Navalvillar de Ibor y los 350 metros en la parte más baja del valle del río que da nombre a la zona, en el municipio de Bohonal de Ibor. El relieve se define como apalachiense. Las montañas contienen roquedales, conocidos por los vecinos como "pedreras". Algunas cubiertas de líquenes que le dan un aspecto singular y constituyen un elemento paisajístico típico de la comarca.

Uno de los lugares más interesantes de la comarca son las Cuevas de Helechal, más conocidas como las Cuevas de Castañar, situadas en este municipio. Estas son consideradas de gran valor por muchos espeleólogos, pero varios factores -especialmente su fragilidad- dificultan su apertura al público masivo. Se pueden recorrer en visitas guiadas.

La vegetación de la zona es muy variada, aunque toda ella es propia del bosque mediterráneo.






LA SIBERIA EXTREMEÑA
La Siberia es una comarca de la Comunidad Autónoma de Extremadura situada en la Provincia de Badajoz. Su capital, como centro administrativo, es el municipio de Herrera del Duque.
Limita al norte con la provincia de Cáceres, al este con la comunidad de Castilla-La Mancha, al sur con la comarca extremeña de La Serena y al oeste con la también comarca extremeña de Las Vegas Altas del Guadiana.
La denominación primitiva de esta comarca, 'Los Montes', hace ya una referencia suficientemente significativa hacia sus rasgos topográficos. Este espacio exhibe un dinámico relieve, en el que se alternan agrestes serranías, valles encajonados y onduladas llanuras. Más del 90% del terreno se sitúa entre las cotas 400 y 800 metros s.n.m., superándose esta altitud en sólo cinco puntos de las sierras más orientales: Sierra de la Umbría, Los Castrejones, Cantosnegros, Santana y Pico Montilla; siendo esta última la cota máxima de la comarca con 940 metros. De norte a sur, cabe citar las sierras de El Aljibe, La Dehesilla, La Lobera, La Rinconada, Barbas de Oro, Los Pastillos, Manzano, Peloche, Los Golondrinos, Consolación, Chamorro, La Chimenea, Escorial, Los Villares, Mirabueno, Santana, Sierra del Castillo, Lares y Siruela.
Este conjunto de serranías constituye una de las estribaciones meridionales de los Montes de Toledo, en conexión directa con el macizo de Las Villuercas, que presenta fuertes pendientes, con rupturas, a menudo bruscas a piedemonte. Sólo en el tercio sur comarcal aparecen amplias llanuras onduladas, que vierten gradualmente su pendiente sobre la cuenca del Zújar.
El ecosistema primigenio más representativo de la zona es el bosque esclerófilo mediterráneo (árboles de hojas duras y persistentes), predominando la encina en la mayor parte del espacio, acompañada del alcornoque en zonas más restringidas (sobre todo umbrías y algunos suelos profundos), al ser más exigente en humedad. Aparece también otra quercínea (familia con que se denomina a este género de árboles), el quejigo, especie bastante rara en Extremadura.







LA SERENA

La Serena es una comarca situada al noreste de la provincia de Badajoz enmarcada al norte por el río Guadiana, al este y al sur por el río Zújar y al oeste por el río Guadámez, estos afluentes de aquél. Su capital es Castuera.

El paisaje de la comarca de La Serena está definido por la monotonía de la amplia penillanura, de unos 400 m de altitud media, desarrollada sobre pizarras silíceas.

Solamente en las laderas de las sierras se desarrolla el monte alto constituido esencialmente por encinas, así como un monte bajo mediterráneo de jaras, tomillos y retamas. Típicamente, la llanura tiene como vegetación pastizales, con escaso arbolado, debido a la deforestación realizada en el pasado por el hombre. Deben destacarse también los rellanos de monte bajo, situados en las inmediaciones de las alineaciones montañosas cuarcíticas, cubiertas en otras épocas por el matorral espontáneo y hoy aprovechadas con plantaciones de olivos y algunos árboles frutales.




Elaborado por Juanma Esteban Rojas y Javier Núñez.
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1 comentarios:

On 7 de febrero de 2013, 15:13 , Anónimo dijo...

ME HA GUSTADO MUCHO, GRACIAS, !